Interior

¿Por qué las protestas y el encono hacia quienes no parecen tener “nada qué ver” y parecen ser, al contrario, “un ejemplo” en las esferas del desarrollo humano?

Quiero decir, surgen los “argumentos” y “explicaciones  racionales” de siempre: ¿Has revisado la lista de premios Nobel? ¿Has revisado la lista de avances en  finanzas, ciencia, música…etc.? ¿De dónde salió el chip del teléfono desde el cual insultas y derramas tu ira? ¿Hay avances en los que “ellos” no tuvieron nada qué ver?- solo investiga un poco más “profundo”… ¿Quién fue el primero al que excluyeron incluso de la historia oficial de una asociación  que él fundó?…etc.

Si bien podemos hablar de que existe la manipulación y los más jóvenes- o menos experimentados- suelen ser presa “fácil” o “maleable”, y detrás de cualquier “movimiento” hay intereses- seguro, las personas no funcionamos de otra manera- es difícil evaluar en uno mismo-mucho más en “otros”- la experiencia y los juicios que hacemos basados en ella. Después de todo, la experiencia parece tener más factores que solo el entorno en el que hemos “crecido” durante unos cuantos años de vida. Parecemos heredar inclinaciones de la experiencia de los ancestros, y además de eso, presentamos inclinaciones “propias”, que no tienen que ver con los ancestros biológicos ni el entorno que nos rodea y aún no sabemos mediante qué experiencias las adquirimos- y aún  no es conveniente discutir esto último porque nos basaríamos solo en “especulaciones”.

Sin embargo, las sensaciones que todos estos factores provocan en nosotros son muy “reales”.  Y  las sensaciones tienen una mayor “jerarquía” en  nuestras decisiones.

Y la sensación de un futuro insatisfactorio “por culpa” de…  no desaparecerá de las personas –principalmente las más “jóvenes”-  incluso ante pruebas “directas” de lo “contrario”, sino crecerá, incluso de forma “irracional”, exigiendo una solución en la raíz.

Una raíz que en principio, puede parecernos también, no del todo “racional”:

La sociedad global, en esencia, no tiene una base que pueda ser considerada racional: la supervivencia está basada en una sensación de “preservación” de “otros” en forma de “descendencia” que en cuanto a ganancias monetarias o de honor o de “poder” no te da casi nada directamente, pero la sensación de satisfacción “irracional” hacia el cuidado de la “descendencia” es más fuerte, todavía en muchos casos.

Y esto al final tiene una “ganancia”, pero es “global”: la preservación del número de personas necesario para continuar la sociedad global, sostendrá los mecanismos que te sostendrán “vivo” cuando te “debilites”- es por eso que incluso los más ricos, instintivamente, hoy están “preocupados” por el posible declive del número de personas en la población  mundial-o al menos en los países más desarrollados.  

 Más aun, todos estos mecanismos globales, incluso los que “permiten” la acumulación  y comportamientos más “centrados en la ganancia propia”- que no toman en cuenta nada más que “mi dinero” y “mi poder”- tienen  en su base algo “irracional”: la confianza.

Después de todo, consideramos “racional”- o “lógico”- aquello que nos da una ganancia para “mí mismo”- y cuando coincidimos en nuestra forma de aspirar a ello y obtenerlo, lo llamamos “sentido común”- pero el mínimo de confianza que sostiene los mercados es “irracional” desde este punto de vista. “Racionalmente” nada nos “asegura” la confianza en un banco, en un mercando, en un contrato e incluso en un distribuidor o en un ejército.

Ese mínimo de confianza que “une” las redes que nos sostienen, no surge de ningún “individuo” ni de grupos de individuos asociados para sus propios intereses…pero existe, y sostiene “todo”, y si esa influencia “irracional”- o lo “racional” es esa influencia y los “irracionales” y “suicidas” somos nosotros-  retirara “su mano” un poco, muy probablemente el caos y la hambruna sucederían casi de inmediato.

¿Cómo fue que esa influencia se presentó por primera vez en nuestro mundo y fue experimentada y por quiénes?

Es una pregunta esencial para el futuro dado que todo se basa en experiencias   y sus consecuencias.

Y esta experiencia de “confianza” absoluta por encima de los cálculos de ganancia “personal”, es lo que inconscientemente- y de forma “ilógica” -parecen buscar las personas cada vez más con cada generación.

Relacionado directamente con la sensación de búsqueda de un objetivo o sentido para estar “vivo”.  

Hoy en día, existe una especie de “estándar” para el objetivo o “triunfo” en la “vida”. Más o menos visto como una narrativa “épica”, de “película”, en la que uno parte de una situación “mala” y de desventaja y aplica “esfuerzo” y “supera” a los que lo rodean- o al menos a “alguien” –y “termina” en una “fiesta” sintiendo “euforia” y siendo coronado “rey”- o  “reina de la primavera”-… narrativa  que alguna vez fue solo propaganda de reinos, “reyes” y “jefes de ejércitos”, comisionada para ser “cantada” por “poetas” a su servicio- o amenazados de muerte-  y hoy Hollywood la “popularizó ”y “democratizó”.

Pero ese “objetivo” o ese “sentido” para moverse, le atrae cada vez menos a las nuevas generaciones, y sobre todo quienes crecen en los círculos más “altos”, viendo la vida y el comportamiento y las satisfacciones de quienes han “triunfado”. Sensación que se transmite gradualmente a todos los “círculos”.

No es solo a cerca del uso cada vez más común de estupefacientes, la explotación y acumulación cada vez mayor como forma de disfrutar la vida- solo “disfrutando” observar el dolor y desesperación de otros y cada vez en mayor número, como lo ha hecho un porcentaje de la “nobleza” en todas las épocas- sino también el “reclamo” y la violencia “abierta” en todas las esferas:   

Existe la necesidad de “despertar” la sensación  de la cual surgió la civilización, de ese contacto y esa experiencia en el “desierto”- en la falta total de “distracciones” y “excusas”, en el silencio total para “escuchar”…etc.-

Y no hay marcha atrás, será exigido cada vez más de quienes son portadores de esa experiencia clave. De alguna manera lo sabemos: cuando estamos en desarrollo y nos frustramos, si no tenemos un ejemplo claro de cómo salir de la frustración, nos dirigimos provocando y gritando y golpeando hacia quien sentimos que puede dar el ejemplo, y si no lo hace o reacciona “igual” que nosotros, interpretamos que “no nos sirve” y buscamos “eliminarlo” y “olvidarlo”.

Los trenes a los campos de concentración fueron una decisión totalmente “irracional” para el esfuerzo de guerra, pero fueron muy “reales”. Incluso la negación de que siquiera sucedió es muy “real” y está dirigida hacia el mismo objetivo-aun si todavía no lo consideramos “racional”.

Es más, esto no está dirigido a “convencer” a nadie “racionalmente”- el cálculo “racional” sería “asimilarse” completamente y es hacia donde todos se sienten inclinados, pero en la práctica ha resultado “imposible”- sino a despertar esa experiencia latente, dormida, ahogada durante milenios en el “interior”.  

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