Los muchos

¿Podemos tomar el desarrollo de la humanidad las personas en nuestras manos?

Y para esto ¿La prioridad es el individuo o la sociedad como un todo?

Supongamos que una persona tiene la capacidad física de vencer en un uno a uno a todas las demás personas en el mundo ¿Eso lo convertiría en el más rico y respetado y más poderoso?

En realidad no, y es lo que vemos en las personas y familias multi-millonarias y poderosas, su posición  se debe a una herencia que implica asociaciones y contactos y formas de adquirir una posición  dentro de esas asociaciones dentro de un marco “legal”- o no-, que les permiten acumular recursos y “poder”. Físicamente, no suelen ser “poderosos”- aun cuando últimamente algunos han ocupado su tiempo en hacer trabajo de gimnasio.

Esto último no es un comentario “gratuito”, todos somos influidos por el entorno y al final el entorno nos hace imitar lo que vemos-incluso o sobre todo de aquellos a los que “engañamos” y “controlamos”- para sentirnos “bien”, nadie se siente bien siendo avergonzado y rechazado por los que lo rodean, y alguien que se propusiera obtener todo a “golpes” literales, no solo encontraría resistencia mediante la “asociación “ de varios contra él- en promedio, hasta el más fuerte sucumbe al menos en un 10 vs 1- además está  la posesión de armas, y en última instancia la vergüenza pública y la exclusión de las formas de asociarse con los demás lo dejarían incluso sin poder alimentarse.

Como lo demuestran las declaraciones registradas de los “héroes violentos” legendarios de toda la historias- muchos declararon que no ganas “gran cosa” con lo que habían hecho, pero nuestra excitación por las “historias” nos hace olvidarlo, además nuestros “héroes”, naturalmente, no suelen importarnos en “sí mismos”, nos importa el placer que nos da su presencia o experiencias.  

Por supuesto, hubo épocas globales de gran esfuerzo con la espada en ejércitos para conservar un territorio y gran esfuerzo en la tierra y las actividades de supervivencia diarias. Hoy en día, hay regiones y personas que sigue viviendo de alguna manera esa clase de esfuerzo, aun cuando no tienen “contacto directo” equivalente al guerrero con su “rey” y finalmente, su forma de vida ya no es considerada “normal” por el “promedio” de la población.

Es como traer a un  habitante de esas épocas para que observe nuestro modo de vida: probablemente un guerrero romano o nórdico o un siervo medieval…etc., se maravillaría  con el hecho de que puedes ir a un lugar, sentarte ocho horas y hacer más o menos “lo mismo” y  obtener lo que necesitas, si bien  tal vez algunos se preguntaría por el objetivo más al del pago diario y el botín- ¿Qué vamos a conquistar? ¿Qué reino defendemos? ¿Cuál es la voluntad superior o rey que seguimos y qué representa? Muy probablemente reprimiría una carcajada al escuchar a alguien hablar de esa forma de vida como una “hazaña” y  un “sacrificio” y existe toda una cultura de inevitables “quejas”, casi en los mismos términos en que hablaban los poetas de las “legiones”- en su tiempo de “ocio” y “descanso”, que siempre ha existido.

Lo mismo sucedería  con quienes revolucionaron el juego del entretenimiento: Shakespeare o sus contemporáneos o los primeros desarrolladores de la música popular probablemente se verían  sorprendidos por el concepto de regalías, entrecerrarían los ojos con extrañamiento al enterarse de que existen personas que pueden vivir, junto con otras dos generaciones, de las regalías de un solo libro o unas cuantas canciones. Tal vez también reprimirían una carcajada al escuchar a algunos de esos autores o su descendencia quejarse de la falta de reconocimiento o compensación o hablar de la forma “exhaustiva” en la que ha tenido  que “producir”…  

Probablemente, alguien de las épocas en que quienes pasaban el umbral de los 30 y llegaban a los 60  o 70 miraría con extrañeza que no se aprovechara su experiencia, y se sorprendería más al ver que ya es posible llegar a edad avanzada sin acumular experiencias y sobrevivir enfermedades portándote de la misma manera que cuando tenías 15. Un rey medieval sentiría inmediatamente que su posición y lo que recibe es tan abundante debido al número de personas en su “reino” y las actitudes que heredaron…y tal vez reprimiría una carcajada al escuchar la narrativa de los multimillonarios y su descendencia hoy en día…     

Los ejemplos podrían seguir pero para experimentar un entorno habría que reproducirlo y estar dentro de este, y por eso no es gratuito decir “reprimidas”: tendrían que reprimir su reacción  porque no importa las cualidades y la experiencia, si el entorno te excluye no podrás sobrevivir ni acceder a lo que el entorno genera-no importa si puedes superar físicamente o incluso en aplomo o capacidad a varios de quienes te rodean.

Más aún, si alguien de esas “otras épocas” o los “pioneros” es insertado dentro de un entorno “actual”, excepto en excepciones muy raras,  en muy poco tiempo absorberá sus valores- comenzará a “quejarse” de lo mismo y aspirar a lo mismo…etc. – se dice que eso sucede todo el tiempo cuando alguien “nace”.

Vemos que la asociación,  incluso mínima, es más “poderosa” que cualquier rasgo individual- afortunadamente, en general, aún  no sabemos “usarla” del todo, y solo aprenderemos cuando estemos “listos”. 

Sin remedio: El colectivo somete al individuo con el solo hecho de “existir”.

El individuo parece ser siempre el mismo: una colección de necesidades o anhelos que buscan cumplirse, y quien crecen y se vuelven más apremiantes y sienten más “merecimiento” con el tiempo, pero lo que moldea esos anhelos es el entorno en el que está- y es esto último lo que determina el desarrollo.

Por lo tanto el “error” de quienes ponen el bienestar del individuo antes que el entorno y de quienes ponen el bienestar del entorno antes que el del individuo, está en el hecho de que aún no podemos ver que el entorno y el individuo son manifestaciones de una y la misma cosa.

El entorno no es solo la suma de individuos y sus voluntades enfrentándose e intentando “anularse” mutuamente, el individuo no es solo una voluntad aislada y limitada.

Y su bienestar y desarrollo son equivalentes.

Solo si construimos un entorno que inculque este descubrimiento en cada individuo, podemos tomar el desarrollo en nuestras manos. Si no es así habrá “sobresaltos” regularmente, que nos “guiarán” a esta conclusión y necesidad.  

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