Meet and Greet (esp)

La personas en general somos movidos por anhelos y reaccionamos mediante sensaciones- de placer o rechazo, ira, desesperación…etc.- en esencia: cada uno se mueve hacia el placer que anhela y reacciona con “gusto” o de buena manera cuando lo obtiene, y reacciona “mal” -o con ira y rechazo- cuando no obtiene lo que quiere-  hacia quien  o quienes considera que le “impiden” obtener lo que quiere.

En cada persona se desarrollan de las más diversas maneras tanto los anhelos como la forma de buscar obtenerlos. Al principio en un círculo “familiar” de cierta manera “reducido” y “controlado”- aún en los casos “extremos”, el primer entorno está más “controlado” comparado con el entorno “expandido” que  una persona encuentra al sobrevivir y llegar a la edad “adulta”.

Esto determina nuestras relaciones, las “decisiones” que tomamos, nuestra personalidad y las “personalidades” que “seguimos” o “despreciamos” y los cálculos automáticos que hacemos al  relacionarnos con los demás- la forma instintiva de medir “jerarquías” o posiciones y saber de quién podemos “extraer” la imagen de nosotros mismos que buscamos- “filias” y “fobias”.

De esa manera, una persona “aprende” a “medir” ciertas cualidades a su alrededor y cómo “acomodarse” y encajar en ello y suele expandirse en varios círculos donde compensar sus anhelos- por ejemplo, alguien se humilla ante otra persona para obtener un sueldo, pero en “casa”  o un club de fin de semana conoce a alguien que no se puede “defender” o alguna vez lo ha tratado de cierta manera y no “respondió” y compensa su búsqueda de “poder” y “dignidad” tratándolo de cierta manera- tal vez “humillante”, tal vez “condescendiente”.

Obviamente, todo tipo de intercambio entre las personas está en evolución y esto significa conflictos.  Digamos que una persona de alguna manera “explota” a otra para obtener de él una sensación de “importancia” tratándolo de cierta manera y puede hacerlo mediante un “pago” o una posición o narrativa que hace que el otro no le “responda” en los mismo términos ¿Esto puede suceder “por siempre”? No, por eso existen varios círculos a los que una persona tiene acceso y sus anhelos y circunstancias se desarrollan y en algún momento “modificará” su actitud, la otra parte está acostumbrada y considera ya un “derecho” el “explotar” al otro y “responderá” y surgirá un conflicto que “modificará” ese intercambio.

En realidad, no habrá un “vencedor” y un “ganador”, sino un “reacomodo”- otro tipo de intercambio- siempre en evolución. 

Sucede con todos los intercambios en todas las escalas. Las revoluciones armadas son  este tipo de mecanismo, solo que entre “estratos” de las sociedades.  Y de ese proceso han surgido leyes y formas de aplicarlas para que las personas puedan sobrevivir y “defenderse” unas de otras mediante otras herramientas aparte de la fuerza bruta. Naturalmente, después de una explosión de violencia y de sufrimiento las personas entendemos “instintivamente” que necesitamos otras motivaciones y herramientas- como demandas y vergüenza pública- para convivir de cierta manera sin que cada uno “obligue” a los demás a responder “golpe por golpe” o “explotación por explotación”- después de una guerra, de cierta forma todos entienden que ni siquiera “matando” al otro “desaparecen” los comportamientos que nos condenan a una vida de “lucha” constante.

Un cuerpo de leyes y cierta forma de hacer que se cumplan  es la base de cualquier sociedad y determina qué tipo de sociedad es- si el cumplimiento es “deficiente” la sociedad tendrá deficiencias y problemas de violencia que se volverán cada vez más intolerables y en donde sus integrantes no se darán cuenta de las consecuencias de “salirse con la suya” hasta una explosión, y tal vez tampoco.

Una sociedad donde la mayoría de sus integrantes solo restringen o modifican sus inclinaciones mediante el “dolor o pérdidas físicas”, será una sociedad por definición condenada a explosiones de “violencia”- guerras internas como la del “narcotráfico” o una elevada “criminalidad” en focos en ciudades…etc.   

Pero aún en las legislaciones y aparatos policiacos y sociedades más “desarrolladas”- digamos las occidentales – podría decirse que todo se desarrolla en realidad de forma “inconsciente”.

Estamos siempre ante la necesidad de relacionarnos con otros y tomar decisiones y etc. pero en su raíz ¿Alguien sabe exactamente de dónde provienen nuestros anhelos y hacia dónde se dirigen y cómo serán en un futuro?

Más aun ¿Alguien sabe exactamente dónde coloca exactamente a un individuo sus experiencias o grado de desarrollo dentro de la red humana?

Incluso en lugares considerados desarrollados puedes ver a personas que ocupan puestos “altos” y han logrado ser parte “importante” o “aceptada” de una sociedad y cuyas reacciones parecen “básicas”: “berrinches” al no obtener lo que quieren-con las mismas expresiones faciales y “gritos” y justificaciones de alguien de “cinco años” que “llora” hasta que su “mamá” le da lo que quiere –  y aun así muchos son respetados y escuchados. En una crisis sería un desastre como ya hemos visto en las guerras, pero por algunas décadas, “funciona”.

Existen  corporativos enteros basados en la inclinación que tienen las personas hacia difamar a espaldas y asignarse “logros” o posiciones que tal vez no les corresponden de aquellos  a quienes que pueden “engañar” o calculan que no les responderán o no pueden responderles. Y ya presenciamos cómo en una crisis cuando la información debe buscar ser “útil”, esta actitud es nefasta y estúpida- pero apenas unos dos años después, ya lo “olvidamos” y las “redes” siguen “prosperando”, “alegremente” chismeando y tirando mierda.

Parece un proceso en que todas y cada una de las personas adquirirían experiencias en las que revelarán los impulsos que nos mueven de verdad hasta su raíz: cada uno sabrá que debe responder al primer “berrinche” dirigido hacia él porque si no crecerá en intensidad, hasta obligarlo tal vez a defenderse físicamente. Cada uno sabrá que la mayoría de las personas solo cerramos la boca a espaldas y en presencia de otros si nos la cierran con un golpe- y existen casos en que eso tampoco funciona, y existen las demandas y la vergüenza pública- pero para “sobrevivir” hay que “reaccionar”.

Podemos seguir con las experiencias y los detalles de la forma en que operamos las personas en todas sus ramificaciones y “trucos” y “teatros”…  hasta llegar a un extremo en que prefieras no responder, “no decidir”…incluso pensar en “no sobrevivir” ante la revelación más “indignante”: el hecho de que ni siquiera puedes indignarte.  Lo que ves alrededor está actuando en “automático”- y no tienen que estar “presentes” para “escuchar” los gritos e insultos, ira, desprecio… y todas las expresiones de insatisfacción que el mundo profiere en “automático” de mañana a noche- es el “ruido de fondo” de esta “vida”…

Pero hay algo más: lo que “ves” alrededor es la raíz que te hace actuar…a ti- es “tú mismo”- y es de donde surge toda la “nausea” que a veces sientes.

Para dirigirse no a la “puesta en escena” sino hacia lo que de verdad “dirige”. Con la necesidad de “revelar” cuál es Su propósito.

Todos los mecanismos de enseñanza se basan en experiencias que se transmiten de alguna forma.  Esta revelación ya fue ensayada en todas sus variantes y lo que sigue después de ella ya fue explorado de forma exhaustiva.

El sistema en  el que estamos es tal, que una persona potencialmente contiene todo lo que existe, y los intercambios entre “unas cuantas” personas pueden “explorar” todos los posibles tipos de intercambio- si están dirigidos o evolucionando hacia el propósito.

Es la raíz de todas las formas de “educación” que conocemos. Es la educación que nos corresponde revelar junto con el mecanismo que de verdad nos “mueve”.

Junto con quienes- de verdad-  lo descubrieron.

  

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